Corea del Norte demolió el arco de reunificación y catalogó al Sur como su principal enemigo. Kim Jong-Un, líder norcoreano, anunció la medida durante una sesión de la Asamblea Popular Suprema, argumentando que el monumento era una “molestia”. Esta acción envía una señal contundente sobre la política de unificación pacífica con el Sur. Aunque Kim afirmó que no desea la guerra, tampoco la evitará.
La demolición del monumento, que simbolizaba la esperanza de reunificación con Corea del Sur, se confirmó mediante imágenes satelitales. Estas muestran escombros en el lugar donde antes se erigía el arco. A pesar de las ambigüedades sobre el inicio de la demolición, se cree que comenzó alrededor del 22 de enero.
El Monumento de las Tres Cartas para la Reunificación Nacional, ubicado en la calle Thongil de Pyongyang, tenía 30 metros de alto y 61,5 metros de ancho. Representaba la unión de ambas Coreas con figuras femeninas sosteniendo un emblema de la península. Este acto refleja la creciente tensión entre el Norte y el Sur, que siguen técnicamente en guerra.
Las medidas de Kim incluyen la eliminación de agencias de cooperación con Seúl y el corte de canales de comunicación norte-sur. Esta escalada de hostilidades desafía los esfuerzos previos de distensión intercoreana y aumenta la incertidumbre sobre el futuro de la península.