Los hinchas alemanes lograron prevalecer en su disputa contra la Liga Alemana de Fútbol. Después de múltiples semanas de manifestaciones y reclamos, la DFL anunció su retirada de un acuerdo polémico con inversores privados para compartir los derechos de transmisión de los torneos de fútbol en el país.
El portavoz del Comité de Dirección de la DFL, Hans-Joachim Watzke, comunicó que, debido a los eventos recientes, se hizo inviable continuar con el proceso. Los aficionados se organizaron para protestar durante los partidos, lanzando pelotas de tenis y monedas de chocolate al campo, e incluso utilizando autos a control remoto con bengalas.
La decisión de buscar un inversor, en este caso el fondo CVC, fue tomada en diciembre por los 36 clubes profesionales de la primera y segunda división. Sin embargo, la falta de transparencia percibida en el proceso y el temor a una sobrecomercialización del deporte generaron una fuerte oposición entre los seguidores.
El debate también giró en torno a la posible amenaza a la “regla 50+1”, que asegura que los clubes alemanes mantengan la mayoría de los derechos para sus miembros. Los jugadores también expresaron su preocupación por las interrupciones en los partidos, que afectaron su rendimiento y seguridad.
Finalmente, la decisión de cancelar el acuerdo llevó a un cese de las protestas y la restauración de la normalidad en los partidos de fútbol en Alemania. Los aficionados, satisfechos con el resultado, celebraron haber logrado influir en una decisión de gran repercusión para el futuro del deporte en el país.