Losito, quien también fue condenado por otros delitos de lesa humanidad en diferentes lugares durante la dictadura, fue protagonista de la Masacre de Margarita Belén, un evento emblemático de la represión en el norte argentino. Este acto atroz tuvo lugar en diciembre de 1976, apenas nueve meses después del golpe de Estado, donde al menos 22 presos políticos fueron asesinados a tiros cerca de Margarita Belén.
A pesar de sus crímenes, Losito había sido previamente condecorado por su participación en la guerra de las Malvinas, donde resultó herido. Sin embargo, su historial militar no eclipsa las atrocidades que cometió durante la dictadura, lo que ha generado un fuerte repudio por parte de diversas organizaciones, como H.I.J.O.S Capital y la Asociación de Trabajadores del Estado de Misiones.
El homenaje a Losito en el regimiento apostoleño generó críticas y cuestionamientos sobre la reivindicación del terrorismo de Estado. Muchos consideran que este acto representa un retroceso para la democracia y alimenta discursos negacionistas que van en contra del trabajo de memoria, verdad y justicia realizado durante años por sindicatos, organizaciones de derechos humanos y activistas independientes.
A pesar de las opiniones encontradas, el homenaje se llevó a cabo, destacando la complejidad y la sensibilidad de abordar temas relacionados con el pasado oscuro de la historia argentina. La memoria colectiva sigue siendo un punto crucial en la construcción de una sociedad justa y democrática, donde los crímenes del pasado no deben ser olvidados ni ignorados, sino confrontados y condenados en aras de la verdad y la justicia.