Entre 2019 y 2022, la inflación en alimentos en toda la región experimentó un aumento notable, pasando de una tasa mensual del 0,3% a un 1,0%. En Argentina, este incremento fue aún más pronunciado, con la inflación escalando del 3,8% en 2019 al 5,7% mensual en 2022.
En enero de 2024, la inflación de alimentos en Argentina alcanzó un alarmante 20,4%, casi duplicando la tasa media del año anterior, que fue del 11,0%. Esta aceleración también se observó en otros países de la región, aunque con tasas mucho menores.
La diferencia entre la inflación local y la de los países vecinos ha alcanzado niveles récord este año, siendo la tasa local hasta 47,8 veces más alta que la regional en enero de 2024.
Esta brecha se amplía aún más al comparar con países específicos, como Perú, Costa Rica y Ecuador, donde la diferencia es de 200,8 veces, 63 veces y 54,2 veces respectivamente.
La aceleración inflacionaria en Argentina se atribuye principalmente a dos factores: la emisión monetaria realizada por el gobierno anterior para financiar gastos públicos en un año electoral y el proceso de ajuste de precios relativos iniciado por el nuevo gobierno para recomponer un sistema de precios distorsionado.
