La recaudación de fondos fue particularmente destacable considerando que en el mes de enero la campaña de Biden y sus aliados demócratas habían logrado reunir más de 42 millones de dólares. El discurso de Biden fue seguido por una audiencia estimada en 32,2 millones de personas, marcando un incremento del 18% en comparación con el año anterior, según los datos de audiencia de Nielsen.
Basándose en esta ventaja económica, la campaña de Biden anunció un despliegue publicitario de 30 millones de dólares, enfocado en los estados clave disputados, para las próximas seis semanas. A pesar de este impulso financiero, Biden y Trump continúan en una contienda reñida por la Casa Blanca, como lo refleja una encuesta de Reuters/Ipsos que otorga a Trump un 37% de apoyo y a Biden un 34%.
En otro frente, Donald Trump regresó a Georgia, enfrentando cargos penales por socavar las elecciones presidenciales de 2020, en busca de utilizar este estado como trampolín para su regreso a la presidencia. Mientras tanto, Biden, en un acto cercano en Atlanta, señaló las acciones de Trump y criticó su cercanía con líderes autoritarios, como el primer ministro húngaro Viktor Orban, destacando la importancia crucial de Georgia en las elecciones generales de noviembre.
La competencia por Georgia, que se inclinó por Biden en las elecciones anteriores y fue el epicentro de las denuncias de fraude de Trump, se presenta como uno de los estados más disputados en los próximos comicios. Se espera que Trump asegure la nominación de su partido en las primarias del martes, junto con otros estados como Hawái, Misisipi y Washington.