Los mensajes amenazantes, supuestamente enviados a través de Messenger de Facebook, llevaron a la intervención de la Policía Federal Argentina. Sin embargo, tras investigaciones, Mariela recuperó su libertad al día siguiente de su arresto. Este incidente pone de relieve la vulnerabilidad de las identidades digitales y la importancia de la seguridad cibernética en la actualidad.
Fernando Moine denunció el arresto como un “atropello”, señalando que Mariela asistió a una escuela diferencial, lo que indica condiciones especiales que deben ser consideradas. La intendenta Laura Rodríguez, junto con antecesores y vecinos, respaldaron a Mariela, cuestionando la validez de las acusaciones y exigiendo una investigación exhaustiva sobre el presunto hackeo de su cuenta.
Este caso subraya la necesidad de precaución al tratar con delitos cibernéticos y la importancia de no emitir juicios precipitados. La rapidez con la que se resolvió el incidente sugiere la posibilidad de malentendidos o errores en la identificación del autor de las amenazas. En un entorno digital cada vez más complejo, la verificación de la autenticidad de las comunicaciones es crucial para evitar situaciones injustas como la experimentada por Mariela Moine.