Los ataques dejaron un saldo trágico, con al menos una docena de muertos en los alrededores. Fotógrafos presenciaron la macabra escena de cadáveres dispersos por las calles, mientras residentes locales estimaron el número de víctimas en al menos 10 a 14 cuerpos. La multitud se congregó alrededor de los fallecidos, algunos de ellos identificados por sus familiares en un ambiente de desesperación y conmoción.
La gravedad de los incidentes ha despertado temores sobre la persistencia de la violencia pandillera, a pesar de los anuncios gubernamentales de medidas para contenerla. Además, la compañía eléctrica informó sobre daños a subestaciones, dejando a amplias zonas de Puerto Príncipe sin luz, incluyendo áreas como Cite Soleil y un hospital. Este escenario agrava la situación de crisis en la región.
Mientras tanto, la demora en la implementación de medidas de seguridad, como el despliegue de policías kenianos, indica un desafío continuo para controlar la violencia. La creación de un consejo transicional, apoyado por líderes caribeños, busca abordar la situación, pero enfrenta obstáculos políticos internos. En medio de la incertidumbre, la comunidad haitiana enfrenta una realidad cada vez más peligrosa y volátil.