Brey expresó su preocupación por las interpretaciones realizadas durante el debate, mientras que Moreno defendió su postura con vehemencia. La discusión giró en torno a la percepción pública del presidente y la credibilidad de sus declaraciones. Ambos protagonistas mantuvieron posturas firmes, sin ceder terreno en sus argumentos.
La periodista hizo hincapié en la importancia de mantener un diálogo respetuoso y sin gritos, instando a Moreno a moderar su tono. La tensión entre los dos aumentó cuando Brey le recordó situaciones pasadas en las que hombres le habían gritado, evidenciando su molestia por el comportamiento del ex funcionario.
El enfrentamiento entre Mariana Brey y Guillermo Moreno captó la atención de los espectadores, generando debate y reflexión en torno a los temas abordados. El intercambio de opiniones reflejó las diferentes visiones y posturas presentes en el ámbito político y mediático argentino. La intensidad del cruce dejó en evidencia las tensiones presentes en la sociedad respecto a temas de actualidad e ideología política.