La Casa Rosada se distanció de los dichos de Bertie Benegas Lynch sobre la educación obligatoria. El diputado libertario sugirió que la escolaridad no debe ser obligatoria y que los padres pueden hacer trabajar a sus hijos. Manuel Adorni, portavoz presidencial, declaró que esta postura “no coincide con el Gobierno”. Adorni enfatizó que la educación y el conocimiento son recursos fundamentales para el país.

La ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, reforzó la importancia de la educación obligatoria en el contexto del pensamiento humanista liberal. Pettovello destacó que esta medida promueve la libertad de los menores y su desarrollo integral. Asimismo, resaltó que tanto el Estado como la sociedad civil tienen un rol en la tutela educativa.

Benegas Lynch expresó su desacuerdo con la obligatoriedad educativa, argumentando que es responsabilidad de los padres. Consideró invasiva la intervención del Estado en esta materia. Sin embargo, diversos sectores, como académicos y funcionarios, criticaron esta postura, destacando la importancia de garantizar el derecho a la educación de los niños.

En respuesta, Mariano Narodowski y Mónica Marquina cuestionaron las ideas de Benegas Lynch, subrayando la necesidad de priorizar la educación en un país con altos índices de pobreza infantil. Pablo Avelluto, exministro de Cultura, compartió su experiencia personal para ilustrar los efectos negativos del trabajo infantil y rechazó las opiniones del diputado.

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