El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) de la ONU ha advertido repetidamente sobre los peligros de este tipo de ataques a instalaciones nucleares. En este último incidente, tres personas resultaron heridas, y tanto Rusia como Ucrania se acusan mutuamente de ser responsables del ataque.
El director del OIEA, Rafael Grossi, ha calificado este último ataque como “temerario” y una “escalada importante” en los peligros para la seguridad nuclear. Aunque la administración de la central, controlada por Rusia, ha informado que los niveles de radiación son normales y no hay daños graves, el OIEA ha señalado que el incidente tiene el potencial de socavar la integridad del sistema de contención del reactor.
La central nuclear de Zaporiyia es la más grande de Europa, con seis reactores y una capacidad de generación de energía significativa. Sin embargo, desde hace más de dos años, la seguridad nuclear en Ucrania se encuentra en peligro constante, según declaraciones de Grossi.
Construida entre 1984 y 1995, la central cuenta con un sistema de protección robusto que la hace más segura que la planta de Chernóbil. A pesar de esto, los expertos advierten sobre el riesgo de un posible incidente radiactivo debido a la pérdida de suministro eléctrico, aunque destacan que el riesgo de un evento como el de Chernóbil es mínimo.
Esta situación pone de relieve la importancia de mantener la seguridad en instalaciones nucleares y la necesidad de evitar cualquier tipo de conflicto armado que pueda poner en peligro la estabilidad y la seguridad no solo de Ucrania, sino también de toda la región.