La cosecha de maíz de primera ya está en marcha, con un avance que alcanza el 68% del área sembrada, lo que equivale aproximadamente a unas 280,000 hectáreas. Sin embargo, las tareas se han visto afectadas por las lluvias registradas en marzo y la elevada humedad atmosférica, dificultando el secado del grano. A pesar de estas condiciones, el rendimiento promedio provincial se sitúa en 7,300 kg/ha, un 27% más alto que el promedio de la última década.
Este incremento en los rendimientos ha llevado a proyectar una producción total de maíz de primera cercana a las 3,000,000 toneladas, lo que representa un aumento significativo respecto a ciclos anteriores. Sin embargo, no todo son buenas noticias, ya que se estima que el área cultivada con maíz tardío y de segunda sufrirá pérdidas debido al impacto del Spiroplasma, una enfermedad transmitida por la chicharrita del maíz.
Actualmente, se prevé que aproximadamente el 10% del área destinada al maíz tardío y de segunda no se cosechará como grano comercial, ya que los productores optarán por destinarlo al consumo animal directo. Además, se proyecta un rendimiento promedio cercano a los 2,900 kg/ha en esta categoría, lo que representa una caída del 40% en comparación con el promedio histórico. Estas pérdidas se traducen en importantes repercusiones económicas para la región, ascendiendo a más de 10,437 millones de pesos.