Se destaca que, tras registrar el tercer mes consecutivo de desaceleración en marzo, la inflación se situó en el 11%. Tanto el Gobierno como los analistas privados vislumbran la posibilidad de alcanzar cifras de un solo dígito hacia la mitad del año. Esta perspectiva se apoya en el ajuste fiscal y en la devaluación controlada del peso argentino, que se ha mantenido en torno al 2% mensual, junto con la recomposición de reservas y una menor circulación de dinero en la economía.
El pronóstico de algunas consultoras sugiere que la inflación podría ubicarse alrededor del 5% para mediados de año, acompañada de una recuperación en el crédito al sector privado. Además, se señala que la inflación núcleo y los precios de alimentos y bebidas están mostrando signos de disminución, lo que respalda la expectativa de un descenso en la tasa de inflación.
El Banco Central ha manifestado su atención en la evolución de la inflación núcleo, destacando que esta medida ha mostrado cifras de un solo dígito en marzo. Este enfoque refleja la importancia de monitorear los indicadores económicos clave para evaluar la estabilidad financiera del país y el impacto de las políticas gubernamentales en la economía.
En resumen, las proyecciones de diversas consultoras económicas sugieren un escenario optimista en cuanto a la inflación, con la posibilidad de alcanzar cifras de un solo dígito a partir de mayo. Esto podría atribuirse a las políticas implementadas por el Gobierno y a la tendencia de desaceleración de los precios en varios sectores de la economía.