Cascos Blancos, una organización reconocida por su labor en asistencia humanitaria y reducción de riesgos a nivel internacional, busca expandir su influencia en Argentina, colaborando con ciudades para mejorar su resiliencia. El papel de esta entidad en el encuentro destacó la importancia de una gestión de riesgos integrada y proactiva, no solo en contextos de crisis, sino como parte del desarrollo urbano sostenible.
La colaboración entre la Municipalidad de Córdoba y Cascos Blancos incluye la planificación de acciones concretas como la creación de un mapa de gestión de riesgos y la mejora en la monitorización de la calidad del aire y alertas tempranas basadas en mediciones climáticas. Estas medidas son esenciales para prevenir desastres o minimizar sus efectos, protegiendo así a la población y sus medios de vida.
En su discurso, Passerini destacó los avances de Córdoba en materia de legislación y políticas públicas enfocadas en la resiliencia. Mencionó la adopción de normativas que promueven la construcción de espacios seguros y resilientes, así como iniciativas de educación y concienciación sobre la importancia de la resiliencia comunitaria. Por su parte, Porretti reafirmó el compromiso de Cascos Blancos con el fortalecimiento de las capacidades locales, resaltando la necesidad de adaptar la agenda de Ciudades Resilientes de la ONU a las realidades y desafíos específicos de Córdoba.
La reunión concluyó con el compromiso de ambas partes de seguir trabajando juntos para hacer de Córdoba un referente en resiliencia urbana en Argentina. Este esfuerzo conjunto no solo beneficia a Córdoba, sino que también sirve de modelo para otras ciudades del país que buscan mejorar su capacidad de adaptación y respuesta ante fenómenos adversos. La implementación del Modelo de Ciudad Resiliente, con el apoyo de Cascos Blancos, promete transformar la gestión de emergencias y la planificación urbana en Córdoba, marcando un hito en la historia de la ciudad y su enfoque hacia la sostenibilidad y la seguridad de sus habitantes.