Según fuentes locales, las fuerzas rusas lanzaron un total de 22 misiles y 14 drones explosivos, de los cuales, 29 fueron interceptados y derribados por las defensas aéreas de Ucrania. El impacto fue devastador en zonas residenciales donde los misiles y drones alcanzaron edificios de viviendas, exacerbando el ya tenso clima entre las naciones y poniendo en riesgo a numerosos civiles,incluidos menores de edad.
Las autoridades ucranianas y líderes internacionales han reaccionado con firmeza ante los ataques. La embajadora de Estados Unidos en Kiev, Bridget Brink, condenó el ataque y enfatizó la importancia crítica del apoyo continuo de Estados Unidos a Ucrania en estos momentos difíciles. Paralelamente, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, reiteró su llamado a los aliados internacionales para fortalecer el sistema de defensa aérea del país, en un esfuerzo por proteger a sus ciudadanos del creciente peligro.
El impacto político de esta ofensiva se ha sentido también en el ámbito internacional. Los ministros de Exteriores del G7, reunidos en Capri, Italia, se comprometieron a intensificar el apoyo militar a Ucrania, especialmente en lo que respecta a la defensa aérea. Este compromiso llega en un momento crucial, cuando la Cámara de Representantes de Estados Unidos se prepara para votar un paquete de ayuda significativo, que asciende a 61.000 millones de dólares, para ayudar a Ucrania a sobrellevar y potencialmente repeler la agresión rusa.
Mientras tanto, en el terreno, el presidente Zelenski visitó a sus tropas en la región de Donetsk, uno de los frentes más activos del conflicto. Este acto no solo demuestra el apoyo moral a sus fuerzas, sino que también resalta la gravedad de la situación en el este de Ucrania. Zelenski entregó premios a los soldados, reconociendo su valor y la defensa de su país ante la adversidad. Este encuentro, cargado de simbolismo, reafirma la resiliencia y el espíritu combativo de Ucrania frente a los continuos desafíos.