Falzone, vinculado anteriormente con Sociedad Argentina de Energía, donde trabajaba con los hermanos Caputo, parecía tener el respaldo necesario para una gestión prolongada. Sin embargo, la influencia de Nicolás Posse, encargado por el gobierno de supervisar las altas y bajas en el organigrama gubernamental, fue decisiva para su rápida salida. Este episodio no solo evidencia el complejo entramado de lealtades y alianzas dentro del gobierno sino también cómo estas dinámicas afectan la gestión y estabilidad de sectores clave como el energético.
El decreto en cuestión no solo terminó con la carrera de Falzone en la subsecretaría,sino que también designó a Damián Sanfilippo como su sucesor inmediato a partir del 21 de marzo. La disposición de estos cambios en un mismo documento legal es inusual y sugiere una posible estrategia para manejar o mitigar las repercusiones internas de un nombramiento tan controvertido. La situación generó un amplio debate sobre la transparencia y la meritocracia en la designación de cargos públicos, así como sobre los posibles pagos que Falzone podría reclamar debido a su breve, pero oficial, periodo en el cargo.
Además, este incidente tiene implicancias más amplias para la política energética del país. Bajo la dirección de Falzone, se esperaba que avanzara una agenda que facilitaría la venta directa de energía por parte de las generadoras a las distribuidoras, eliminando intermediarios estatales como la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa). Su salida abrupta plantea interrogantes sobre la continuidad y el futuro de estas políticas, esenciales para entender la estructura de subsidios y la regulación del sector en Argentina.
Este caso no es solo una muestra de las pugnas internas del gobierno, sino que también se convierte en un símbolo de los desafíos que enfrenta la administración para mantener una línea coherente de acción política y administrativa. El manejo de la situación de Falzone refleja cómo las decisiones en las altas esferas están sujetas a influencias políticas que pueden socavar la efectividad y la eficiencia del gobierno. A medida que el país avanza hacia un futuro energético más autónomo y menos subsidiado, los ojos estarán puestos en cómo la administración maneja estas transiciones y el impacto que tendrán en la economía y en la sociedad en general.