La paloma llevaba un paquete de 61.8 gramos de cannabis atado a una de sus patas. Aparentemente, el peso del narcótico había alterado la capacidad de vuelo del ave, causándole heridas al chocar con el alambre de púas que rodea la prisión. Este método de ingreso de drogas destaca por su creatividad pero igualmente por su visibilidad y fácil detección.
Los agentes encontraron al ave herida en el suelo, luchando por elevar vuelo. La revisión detallada reveló que la droga estaba envuelta en un nylon, sujeta firmemente a la pata del animal, lo cual subraya el nivel de desesperación y riesgo que algunos están dispuestos a tomar para introducir sustancias ilícitas en lugares altamente vigilados.
Este no es el primer caso en que se utilizan animales en intentos de contrabando, pero sí resalta por el uso de una paloma, un método antiguo de mensajería, adaptado a los nefastos fines del tráfico de drogas. La policía está investigando el incidente para identificar a los responsables detrás de este fallido intento de contrabando.
Este caso pone en evidencia las continuas tácticas ingeniosas que se emplean para eludir la seguridad penitenciaria y la importancia de mantener una vigilancia constante para combatir el tráfico de drogas en las cárceles. La utilización de palomas como correos de drogas plantea nuevos desafíos para las autoridades en su esfuerzo por mantener la integridad de las instituciones penitenciarias.