Desde 2022, el debate sobre la regulación de plataformas digitales de transporte ha sido intenso. La ciudad busca no solo regular taxis y remises, sino también integrar servicios como Uber. Esto responde a la creciente demanda de opciones de transporte más flexibles y accesibles por parte de los ciudadanos.
Una de las propuestas incluye exigir que los vehículos de Uber no superen los seis años de antigüedad, al igual que los requisitos actuales para taxis y remises. Además, se enfatiza la importancia de que los conductores tengan licencias profesionales y un registro limpio.
El Concejo Deliberante está debatiendo estas regulaciones, buscando un equilibrio que favorezca tanto a los usuarios como a los prestadores del servicio. La idea es que Uber y servicios similares tengan una presencia legal y segura en la ciudad, facilitando así la resolución de cualquier disputa o problema que pueda surgir.