Maduro realizó el anuncio durante un acto con el fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI), Karim Khan, quien también inauguró una oficina en Caracas ese mismo día. Maduro expresó su disposición a “superar las diferencias” que habían surgido entre Venezuela y el organismo internacional.
La reapertura de la oficina es un paso significativo hacia la restauración de relaciones entre Venezuela y la comunidad internacional, especialmente en el contexto de las investigaciones por posibles crímenes de lesa humanidad en el país. Khan acogió con beneplácito el compromiso de Maduro, destacando la importancia de este gesto para la cooperación futura.
La oficina del Alto Comisionado había mostrado preocupación por la detención de Rocío San Miguel, una experta en temas militares acusada de terrorismo y supuestos planes contra Maduro. Esta situación había tensado las relaciones, llevando a la expulsión previa de la oficina.
Con este nuevo desarrollo, el gobierno venezolano busca demostrar su voluntad de diálogo y cooperación en asuntos de derechos humanos y justicia internacional. Este esfuerzo de reconciliación podría ser un momento crucial para mejorar la percepción de Venezuela en el ámbito internacional.