El impacto del aumento se sentirá de manera inmediata en los costos operativos de las empresas de transporte, que ya han expresado su descontento a través de la Federación del Autotransporte de Cargas (FADEEAC). La FADEEAC calificó el aumento como un “dislate”, considerando la precaria situación de las carreteras y el contexto de esfuerzos de desinflación del gobierno.
La actualización tarifaria prevé que el costo del peaje para automóviles en hora pico en accesos a CABA, como la Autopista Riccheri–Ezeiza–Cañuelas, ascenderá de $300 a $900. Los precios también aumentarán significativamente en tramos en otras provincias como La Pampa, Santa Fe, Córdoba, entre otras.
Además, Vialidad Nacional ha señalado que se realizarán revisiones mensuales de las tarifas a partir de junio para evitar desfases que podrían afectar la calidad del servicio. Esta medida busca garantizar que los ingresos por peaje se alineen continuamente con los costos reales de las operaciones y mantenimiento de las rutas.
Este aumento ha generado preocupación entre usuarios y empresas, que ven cómo este incremento podría traducirse en un aumento generalizado de precios en varios sectores debido al mayor costo del transporte de mercancías. La situación es especialmente sensible en un momento en que la economía busca estabilizarse y controlar la inflación.