La CGT, liderando la protesta, enfatizó que la ley podría deteriorar significativamente las condiciones laborales en Argentina. Este acto de protesta también sirvió como preludio al paro general anunciado para el 9 de mayo, mostrando la disposición de la organización para intensificar sus acciones contra la propuesta legislativa.
Los discursos durante la marcha resaltaron el impacto negativo que la ley podría tener en el bienestar y la seguridad económica de los trabajadores, con líderes sindicales argumentando que las reformas favorecen intereses empresariales en detrimento de los derechos laborales.
Este evento no solo subrayó la resistencia a cambios legislativos percibidos como adversos, sino que también destacó la capacidad de movilización y unidad del movimiento obrero en Argentina, reafirmando su rol crítico en el debate político y social del país.
La jornada terminó con un claro mensaje al gobierno y al Senado, subrayando la urgencia de considerar las voces de los trabajadores en las decisiones que afectan directamente sus vidas y sustentos.
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