El túnel no solo facilitará el flujo anual de millones de pasajeros y toneladas de carga, sino que también busca fortalecer el turismo y el comercio entre los continentes. Sin embargo, la travesía implicará superar retos significativos debido a la falla geológica Azores-Gibraltar, conocida por su actividad sísmica.
Esta infraestructura podría ser un catalizador para el desarrollo económico y la integración regional, proyectando una influencia geoestratégica considerable. Aunque el inicio de las obras y los detalles financieros aún están por definirse, la importancia del túnel resalta en el contexto del Mundial de Fútbol y las relaciones futuras entre Europa y África.
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