Los líderes sindicales y movimientos sociales se unen en esta protesta para expresar su disconformidad con la dirección económica del gobierno, que incluye una controvertida reforma laboral y la restitución del impuesto a las ganancias. La medida también pretende influir en la votación de la Ley Bases y el paquete fiscal actualmente en discusión en el Senado.
El contexto actual se caracteriza por una alta inflación, aunque el gobierno ha logrado cierta desaceleración. La CGT y otros sindicatos argumentan que las políticas gubernamentales han reducido significativamente el poder adquisitivo y afectado negativamente a los sectores más vulnerables de la sociedad.
En respuesta a las políticas de ajuste del gobierno, diferentes sectores laborales temen un impacto sustancial en sus condiciones de trabajo y beneficios. Esta huelga también marca una unificación rara entre los gremios estatales de UPCN y ATE, que históricamente han tenido diferencias, pero ahora se unen contra lo que ven como un intento de desmantelar el Estado.
La CGT, anticipando un paro total, busca presionar al Congreso para derrotar la propuesta de ley o confrontar las medidas en las calles, haciendo un llamado a la acción contra aquellos legisladores que apoyen las iniciativas del ejecutivo.
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