La intervención, llevada a cabo en marzo, fue una respuesta a la escasez crónica de órganos. El riñón provino de la empresa eGenesis, modificado para ser compatible con humanos mediante la tecnología CRISPR-Cas9, una técnica de edición genética.
El paciente, de 62 años, sufría de enfermedad renal terminal además de diabetes tipo 2 e hipertensión. Había recibido un riñón humano en 2018, pero volvió a necesitar diálisis años después, lo que lo llevó a optar por este trasplante experimental.
El caso ha generado interés mundial y ha puesto el foco en los xenotrasplantes como alternativa viable ante la falta de donantes humanos. Sin embargo, también resalta los desafíos y riesgos asociados con estas innovaciones médicas.
El hospital y los familiares del paciente han expresado su tristeza y gratitud hacia su voluntad de contribuir a la ciencia médica, subrayando su legado en la comunidad de pacientes trasplantados a nivel global.
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