La medida se basa en la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades, versión CIE-10, aunque esta versión fue reemplazada globalmente por la CIE-11 en 2022. La Organización Mundial de la Salud había eliminado la transexualidad de su lista de trastornos mentales ya en la versión anterior.
Activistas y expertos en derechos humanos han condenado el decreto, destacando que perpetúa estigmas y podría fomentar prácticas como las terapias de conversión. Han surgido iniciativas de protesta y se han recolectado firmas para pedir la derogación del decreto.
El Ministerio de Salud ha respondido a las críticas argumentando que el CIE-10 sigue vigente en Perú y que la actualización al CIE-11 será gradual. Aseguran que el respeto a la dignidad y los derechos humanos sigue siendo una prioridad en sus políticas de salud.
Esta política ha provocado un amplio rechazo tanto en la comunidad local como internacional, con llamados a respetar las normativas internacionales y a actualizar las políticas de salud conforme a los estándares actuales de derechos humanos.
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