Fico fue trasladado de urgencia a un hospital en Banska Bystrica, donde fue operado. Inicialmente su estado era crítico, pero posteriormente mejoró y ya no corre peligro vital. El ataque conmocionó tanto a la comunidad local como a líderes internacionales.
El gobierno eslovaco, que estaba en una gira regional, suspendió sus actividades. La policía detuvo a un sospechoso de 71 años en relación con el atentado. Las reacciones internacionales no se hicieron esperar, condenando el acto de violencia.
Líderes europeos como Úrsula von der Leyen, Olaf Scholz y Karl Nehammer expresaron su rechazo al ataque y enviaron mensajes de apoyo a Fico. También se suspendieron protestas planificadas por la oposición eslovaca tras el incidente.
El incidente subraya las tensiones políticas en Eslovaquia, con Fico en su cuarto mandato tras adaptar su postura política para mantener el apoyo popular. La respuesta unánime condena la violencia y pide una política democrática pacífica.
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