Las obras de las represas se detuvieron en diciembre del dos mil veintitrés por falta de fondos. Esta paralización provocó el despido de más de mil trabajadores, generando preocupaciones sobre el futuro del proyecto. La situación se complicó aún más debido a tensiones geopolíticas con China, aunque se han realizado avances para resolver estos conflictos.
La Secretaría de Energía, en colaboración con ENARSA, trabaja para resolver los reclamos pendientes con la UTE Contratista, esperando reiniciar las obras a la mayor brevedad posible. El avance global del contrato actualmente está en un veintisiete punto tres por ciento, con avances específicos en las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic.
El proyecto, que originalmente debía finalizar en dos mil veintidós, ha enfrentado múltiples retrasos. Hasta ahora, se han desembolsado mil ochocientos cincuenta millones de dólares de un total de cuatro mil setecientos catorce millones de dólares, reflejando los desafíos de financiación y renegociaciones continuas.
El Gobierno argentino, en coordinación con China, espera reactivar las obras después del invierno. No obstante, la finalización del proyecto se proyecta para después del dos mil veintisiete, retrasando así la entrega de energía hidroeléctrica tan esperada para la región.
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