El evento fue visible en regiones como Andalucía, Castilla-La Mancha, Madrid, Extremadura y Galicia, así como en el norte de Portugal y Lisboa. La roca se desintegró a 54 kilómetros de altura sobre el Atlántico, sin dejar restos en tierra ni mar.
José María Madiedo, del Instituto de Astrofísica de Andalucía, explicó que la luz intensa del meteorito fue suficiente para iluminar la noche como si fuera de día. Este fenómeno provocó explosiones de luz debido a las rupturas de la roca.
Las imágenes del fenómeno fueron compartidas ampliamente en redes sociales, destacando la espectacularidad del evento. Testigos narraron que la luz entró en sus hogares con una intensidad comparable al amanecer, a pesar de ser en plena noche.
Este tipo de eventos son raros y suelen generar gran interés tanto en la comunidad científica como en el público general, debido a su impresionante despliegue visual y su impacto en el cielo nocturno.