El alcalde de Rouen, Nicolas Mayer-Rossignol, afirmó que no hubo más víctimas y que el atentado afectó no solo a la comunidad judía, sino a toda la ciudad de Rouen. El incidente resalta la amenaza continua contra lugares de culto y la necesidad de medidas de seguridad reforzadas.
El ataque se produce en un contexto de creciente preocupación por la seguridad de las comunidades judías en Europa. Las autoridades locales y nacionales continúan trabajando para garantizar la protección de todos los ciudadanos y prevenir futuros ataques.
El hecho también subraya la importancia de la vigilancia y la cooperación entre las fuerzas de seguridad y las comunidades locales. La intervención rápida y decisiva de la Policía evitó una tragedia mayor.
La comunidad de Rouen se mantiene unida en solidaridad con la sinagoga y sus miembros, demostrando resiliencia frente a la violencia. El gobierno francés reiteró su compromiso de combatir el antisemitismo y proteger a todas las comunidades religiosas.
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