La situación se agrava por la resistencia local a los cambios impuestos desde arriba. Los dirigentes cordobeses insisten en respetar el reglamento interno del partido, que establece elecciones democráticas para la designación de líderes. Esta disputa podría derivar en una batalla interna significativa dentro del PRO cordobés, con posibles adelantos de elecciones si así se decide en asamblea.
En paralelo, la gestión de Martín Llaryora en Córdoba recibe buenas calificaciones. El gobierno provincial, con la inclusión de radicales y miembros del PRO, está mostrando resultados positivos. Destacan figuras como Pedro Dellarossa en Producción y Darío Capitani en Turismo, quienes han logrado avances significativos en sus áreas.
Javier Pretto, viceintendente capitalino, también se ha hecho notar por su cercanía con el sindicalismo. En un reciente encuentro en Punilla, Pretto reforzó su apoyo a Llaryora, subrayando la importancia de un liderazgo fuerte en tiempos de recesión. La reunión también incluyó homenajes y discursos enfocados en la renovación del peronismo.
La dinámica política en Córdoba está marcada por estos movimientos internos y las estrategias de los diferentes actores para consolidar su poder y garantizar la continuidad de sus proyectos.
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