La última inspección del campo de juego reveló problemas significativos, motivo por el cual Conmebol decidió cambiar la sede del partido. Racing esperaba recibir el partido en su estadio, pero las condiciones del césped no cumplieron con los estándares requeridos.
A pesar de la desaprobación del campo de juego, el estadio de Racing sigue siendo una opción para la final de la Copa Libertadores, siempre que los equipos clasificados tengan una convocatoria baja.
El club y sus aficionados ahora deberán adaptarse a este cambio de sede, que presenta un desafío logístico tanto para el equipo como para los seguidores que deseen asistir al partido en Lanús.
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