Bortnikov afirmó que la investigación sigue en curso, pero ya se puede establecer una conexión directa entre la inteligencia militar ucraniana y el ataque. Prometió que todas las circunstancias del crimen se esclarecerán y que los responsables no escaparán del castigo correspondiente.
El ataque, que ocurrió el 22 de marzo, involucró un tiroteo y un incendio masivo en la sala de conciertos Crocus City Hall. Las cifras oficiales reportan al menos 144 muertos y 551 heridos, lo que resalta la gravedad del incidente.
Las acusaciones de Bortnikov llegan en un momento de alta tensión entre Rusia y Ucrania, con múltiples incidentes recientes que han deteriorado aún más las relaciones entre ambos países. La comunidad internacional sigue de cerca el desarrollo de esta situación y las posibles repercusiones que pueda tener en la región.
La noticia ha generado un fuerte impacto y preocupación tanto en Rusia como a nivel global, con llamados a una investigación exhaustiva y transparente para determinar todas las responsabilidades y evitar futuros incidentes similares.
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