En Texas, siete personas murieron y casi 100 resultaron heridas, incluyendo dos niños. Los tornados destruyeron más de 200 casas y dañaron otras 120 estructuras. En Arkansas, se reportaron al menos tres muertes adicionales debido a la tormenta. En Oklahoma, también se registraron daños significativos y dos muertes.
Las tormentas provocaron retrasos en eventos importantes, como la carrera de 500 Millas de Indianápolis. Además, más de 450,000 hogares quedaron sin electricidad en una región que se extiende desde Texas hasta Michigan. La severidad del clima ha llevado a advertencias de meteorólogos sobre posibles inundaciones y más tornados.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, destacó que las operaciones de búsqueda y rescate continúan, y se está revisando cada edificio dañado. El Servicio Meteorológico Nacional advirtió sobre tormentas adicionales con vientos dañinos y granizo. Estados Unidos se prepara para una temporada de huracanes potencialmente extraordinaria que comenzará el 1 de junio.
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