Netanyahu explicó que el ejército israelí había evacuado a cerca de un millón de residentes no combatientes y lamentó profundamente el incidente. El ataque fue en respuesta a los lanzamientos de cohetes por parte de Hamás contra Tel Aviv. Durante el bombardeo, el jefe de Estado Mayor de Hamás en Cisjordania fue eliminado, según las fuerzas israelíes.
Hamás respondió al ataque anunciando que no participará en ninguna negociación sobre un cese al fuego o intercambio de prisioneros. La decisión fue tomada debido a los ataques contra los civiles desplazados en Ráfah, que resultaron en numerosas víctimas mortales y heridos.
El incidente subraya la tensión en Gaza y la complejidad del conflicto. La comunidad internacional sigue abogando por la protección de los civiles y el respeto del derecho internacional humanitario, instando a ambas partes a buscar una solución pacífica.
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