En recientes operativos realizados en los penales de Ezeiza y Chaco, las autoridades incautaron una significativa cantidad de cocaína, armas caseras y teléfonos celulares. Estos allanamientos forman parte de una estrategia intensificada para combatir el narcotráfico y el crimen organizado dentro de las cárceles.
Los operativos fueron llevados a cabo por fuerzas de seguridad especializadas que descubrieron diversos escondites de contrabando dentro de las instalaciones penitenciarias. Las armas caseras, confeccionadas con materiales improvisados, destacan el ingenio y la peligrosidad de los internos involucrados en actividades delictivas.
Además de la droga y las armas, se encontraron numerosos dispositivos móviles que facilitan las comunicaciones ilegales entre los reclusos y el exterior. Este hallazgo subraya la necesidad de mejorar las medidas de control y vigilancia en los penales.
Las autoridades han señalado que estos descubrimientos son solo una parte de un problema mayor que requiere una acción continua y coordinada. Se espera que estos operativos contribuyan a la reducción de la actividad delictiva dentro de las cárceles y mejoren la seguridad general.
Este tipo de intervenciones son fundamentales para mantener el orden y la seguridad dentro de los sistemas penitenciarios y representan un paso significativo hacia la erradicación de las redes criminales que operan desde el interior de las prisiones.