Las autoridades locales han señalado que las temperaturas extremadamente altas, combinadas con la gran afluencia de personas, fueron factores determinantes en esta tragedia. Se están llevando a cabo investigaciones para determinar cómo mejorar la logística y seguridad en futuros eventos.
Familiares de las víctimas y sobrevivientes han expresado su dolor y preocupación, llamando a una mejor gestión y planificación de las peregrinaciones. Las organizaciones humanitarias también han intervenido para proporcionar asistencia y apoyo.
Este suceso ha resaltado la importancia de la cooperación internacional para garantizar la seguridad de los peregrinos. Se están evaluando nuevas estrategias para mitigar el impacto del calor y otros riesgos asociados.
El gobierno de Arabia Saudita se ha comprometido a revisar y mejorar las condiciones para los peregrinos, con el fin de prevenir que una tragedia similar vuelva a ocurrir en el futuro.