Desarrollo: La Conferencia de Obispos de Francia (CEF) emitió un comunicado lamentando la inclusión de escenas de burla al cristianismo en la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de París 2024. El evento, que pretendía ser un espectáculo inclusivo y diverso, incluyó una parodia de “La Última Cena” de Leonardo Da Vinci, lo que generó controversia y críticas por su falta de sensibilidad hacia los sentimientos religiosos de los católicos.
Los obispos franceses destacaron que, aunque la ceremonia tuvo momentos de belleza y alegría, la burla hacia un símbolo fundamental del cristianismo fue innecesaria y contraria al espíritu de fraternidad de los Juegos Olímpicos. La CEF subrayó que la intención de los organizadores de provocar a través del arte no justifica la ofensa a la fe religiosa de muchos.
La reacción no se limitó a la Iglesia. En redes sociales, numerosos usuarios expresaron su indignación y cuestionaron la decisión de incluir una parodia religiosa en un evento de tal magnitud y relevancia internacional. Muchos señalaron la hipocresía de un acto que se presenta como inclusivo pero que ofende a una parte significativa de la población francesa.
La polémica también resaltó la contribución histórica del cristianismo a los valores olímpicos modernos. El lema “Citius, Altius, Fortius” (“Más rápido, más alto, más fuerte”), adoptado por los Juegos Olímpicos, fue creado por el fraile dominico Henri Didon. Este detalle, aparentemente olvidado por los organizadores, pone de manifiesto la relación entre el cristianismo y los ideales olímpicos.
En conclusión, la CEF y diversos sectores de la sociedad francesa lamentaron que un evento destinado a unir y celebrar la diversidad haya optado por un enfoque que aliena y ofende. Se espera que esta controversia lleve a una reflexión sobre la necesidad de respeto y sensibilidad en la representación de creencias religiosas en eventos públicos.
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