El fenómeno de El Niño, que ha pasado a su fase fría de La Niña, ha exacerbado las altas temperaturas globales. Esta tendencia al calentamiento subraya la necesidad de reducir la contaminación por combustibles fósiles, principal causante del aumento de las temperaturas. La ONU ha enfatizado que la crisis climática actual requiere respuestas inmediatas para evitar futuros récords de calor y proteger a las poblaciones vulnerables.
Las olas de calor extremas afectan a cientos de ciudades en Estados Unidos y a diversas regiones de Europa, con temperaturas que superan los 37°C. Los expertos de Copernicus han señalado que los registros actuales son los más cálidos desde que se comenzaron a monitorear las temperaturas en 1940. Esta situación ha generado un estado de alerta global sobre el impacto del cambio climático en diferentes sectores.
La ONU también ha instado a los gobiernos a reforzar las medidas de protección para los trabajadores expuestos a condiciones de calor extremo. Según un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), más del 70% de la fuerza laboral mundial corre alto riesgo debido al calor, con África y los Estados árabes siendo las regiones más afectadas. Este fenómeno contribuye a millones de lesiones laborales y miles de muertes anuales.
En respuesta a estos desafíos, la ONU ha pedido una acción coordinada a nivel global para reducir las emisiones y mitigar los efectos del cambio climático. La próxima Convención Marco sobre el Cambio Climático, COP29, se celebrará en noviembre de 2024 en Bakú, donde se espera que los líderes mundiales acuerden nuevas estrategias para abordar esta crisis. El objetivo es proteger no solo el medio ambiente, sino también la salud y la economía global.