El Gobierno de Ecuador aseguró que ve un intento de desestabilización y de golpe de Estado en la denuncia electoral que por violencia política de género presentó la vicepresidenta Verónica Abad contra el mandatario Daniel Noboa, ambos enemistados de forma irreconciliable.
La denuncia de Abad, que podría acarrear una eventual destitución y suspensión de los derechos políticos de Noboa por cuatro años, “es un burdo intento de desestabilización y descaradamente configura un claro intento de golpe de Estado”, indicó a través de un comunicado el ministro de Gobierno, Michele Sensi.
“La actitud de Verónica Abad no sorprende. Desde hace tiempo quedó claro que no compartía los valores ni los principios de este Gobierno”, añadió Sensi en el escrito, tras recalcar que, para el Ejecutivo de Noboa, la acusación de la Vicepresidenta “es un intento desesperado por acceder al poder a cualquier costo”. Michele se explayó: “Es vergonzoso el nivel de desesperación de quienes están detrás de esta denuncia, pues deslegitiman la voluntad popular expresada en las urnas y quieren impedir su participación electoral (la de Noboa) al ver que no tienen otra alternativa”.
La denuncia de violencia política de género interpuesta por Abad contra Noboa, recayó en el despacho del magistrado Fernando Muñoz, quien fue removido el lunes como presidente del Tribunal Contencioso Electoral (TCE), donde se tramita la causa.
La denuncia de Abad podría ser considerada como una infracción electoral “muy grave”, que se sanciona con la suspensión de los derechos políticos de dos a cuatro años, la destitución del cargo y una multa, analizó el sitio dw.
Esta situación se enmarca en la polémica que envolvió a ambas autoridades poco después de que se presentaran en binomio o tándem para el proceso electoral del año pasado, unos comicios convocados de manera anticipada por el expresidente conservador Guillermo Lasso, quien no completó su periodo (2021-2025). Ya en la campaña electoral de esos comicios se había advertido del distanciamiento entre Noboa y Abad, cuya última actividad en conjunto fue la jura de sus cargos en noviembre pasado.
Tras asumir la jefatura del Estado, Noboa designó a Abad como Embajadora plenipotenciaria del país en Israel, con la misión de buscar la paz en esa región del mundo, aunque la distancia no calmó la pugna entre ambos. Recientemente la trasladó a Turquía, como informó la agencia de noticias Xinhua en la oportunidad.
Noboa anunció que se presentará a la reelección para mantenerse en el poder por un periodo completo de cuatro años, pero teme dejar el puesto a Abad quien, según la normativa interna, debe tomar el cargo durante el periodo de licencia que el gobernante deba solicitar para dedicarse a la campaña electoral.
Según autoridades del Ejecutivo, sería “nefasto” que Abad reemplazara a Noboa en el cargo en la campaña electoral, ya que podría trastrocar los planes de su administración.
La denuncia de Abad, que podría acarrear una eventual destitución y suspensión de los derechos políticos de Noboa por cuatro años, “es un burdo intento de desestabilización y descaradamente configura un claro intento de golpe de Estado”, indicó a través de un comunicado el ministro de Gobierno, Michele Sensi.
“La actitud de Verónica Abad no sorprende. Desde hace tiempo quedó claro que no compartía los valores ni los principios de este Gobierno”, añadió Sensi en el escrito, tras recalcar que, para el Ejecutivo de Noboa, la acusación de la Vicepresidenta “es un intento desesperado por acceder al poder a cualquier costo”. Michele se explayó: “Es vergonzoso el nivel de desesperación de quienes están detrás de esta denuncia, pues deslegitiman la voluntad popular expresada en las urnas y quieren impedir su participación electoral (la de Noboa) al ver que no tienen otra alternativa”.
La denuncia de violencia política de género interpuesta por Abad contra Noboa, recayó en el despacho del magistrado Fernando Muñoz, quien fue removido el lunes como presidente del Tribunal Contencioso Electoral (TCE), donde se tramita la causa.
La denuncia de Abad podría ser considerada como una infracción electoral “muy grave”, que se sanciona con la suspensión de los derechos políticos de dos a cuatro años, la destitución del cargo y una multa, analizó el sitio dw.
Esta situación se enmarca en la polémica que envolvió a ambas autoridades poco después de que se presentaran en binomio o tándem para el proceso electoral del año pasado, unos comicios convocados de manera anticipada por el expresidente conservador Guillermo Lasso, quien no completó su periodo (2021-2025). Ya en la campaña electoral de esos comicios se había advertido del distanciamiento entre Noboa y Abad, cuya última actividad en conjunto fue la jura de sus cargos en noviembre pasado.
Tras asumir la jefatura del Estado, Noboa designó a Abad como Embajadora plenipotenciaria del país en Israel, con la misión de buscar la paz en esa región del mundo, aunque la distancia no calmó la pugna entre ambos. Recientemente la trasladó a Turquía, como informó la agencia de noticias Xinhua en la oportunidad.
Noboa anunció que se presentará a la reelección para mantenerse en el poder por un periodo completo de cuatro años, pero teme dejar el puesto a Abad quien, según la normativa interna, debe tomar el cargo durante el periodo de licencia que el gobernante deba solicitar para dedicarse a la campaña electoral.
Según autoridades del Ejecutivo, sería “nefasto” que Abad reemplazara a Noboa en el cargo en la campaña electoral, ya que podría trastrocar los planes de su administración.
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