Su creatividad e imaginación la llevaron a volcar todas y cada una de las historias en un papel. Fue su amigo, el escritor Hernán Casciari, quien al enterarse de lo que estaba haciendo le aconsejó que lo plasmara en un libro y le brindó todo su conocimiento profesional para que cobrara vida esto tan ligado a un sueño personal que tiene que ver con sus hijos.
“Cuando Helena tenía dos años, en ese ritual de todas las noches que le contaba historias, me pidió que le inventara un cuento, que era un cuento inventado por mí y ahí fue cuando empezaron todas estas historias que empecé a inventar, que empecé a escribir para ella y, bueno, llegó Editorial Orsai de Hernán Casciari, que trabajamos juntos en la radio, se enteró que yo escribía, me pidió esas historias, yo al principio no se las pasé porque no era la idea publicarlas. Con el tiempo me dijo, las quiero para mi hija y se las compartí y ahí fue que me dijo ‘me gustaría publicarlas’. Y ahí empezó todo el camino con Cuentos en Pijamas 1, que salió en plena pandemia, cuando estábamos todos en nuestras casas. La primera edición se agotó en el primer día, así que hicimos varias ediciones y fue increíble”, contó Suárez a Noticias Argentinas.
Con el primer cuento logró siete ediciones, después vino Cuentos en Pijamas 2 y ahora está lanzando Cuentos en Pijamas 3, mientras presenta en teatro la obra “Había otra vez”.
Su hija Helena es el hilo conductor en todas las historias, pero los personajes van variando y se van sumando nuevos en la tercera entrega: “Helena creció y en sus intensos años de vida quiere recuperar todas esas cosas materiales que fue perdiendo, como un chupete, una cartera con maquillaje que dejó en la plaza, y así se va encontrando con distintas aventuras, donde va encontrándose con esto de que a veces crecer es raro, pero es perder algunas cosas y encontrar otras”.
Su hija mayor está por cumplir 8 años y la tradición de las noches continúa: “Todas las noches hay cuentos, todos cuentos distintos, no los míos, sino muchísimos cuentos, todos los días, súper intenso, yo siempre digo que 10 minutos antes de irse a dormir es una conexión hermosa, tan especial, que a través de las historias surgen un montón de temas, de preguntas, dudas, compartís, y es una buena conexión entre los chicos y los adultos a la hora de irse a dormir”.
Para Florencia es emocionante lo que vive porque fue muy orgánico y se dio como “sin querer”: “Las historias siempre nacieron con el objetivo de compartirlos con mis hijos y que les queden los libros a ellos, pero todo esto fue creciendo un montón y me emociona muchísimo que otras familias puedan vivir la misma experiencia de compartir eso a la noche. El otro día un papá me dijo ‘mira, estoy separado y no sabía cómo relacionarme con mi hija, me era muy difícil, y a través de los cuentos encontré un canal de conexión. Ahora todo el tiempo estamos con historias, y cuando viene a mi casa la espero con libros'”.
A diferencia de la manera en la que surgió la posibilidad de escribir el primer libro, que fue por sugerencia de Casciari, la obra de teatro llegó por una iniciativa propia: “Esta la busqué porque ya ahí había nacido un mundo del cual me enamoré, disfruté y disfruto”.
La trama que se puede ver los domingos a las 11 horas en el Teatro Astros cuenta cuando Helena era chiquita, su mamá le inventaba historias antes de ir a dormir. Años después, mientras la joven revisa su cuarto de la infancia, esos cuentos se vuelven reales: frente a sus ojos desfilan un perro que se cree gato, una vela de cumpleaños que encuentra objetos perdidos y hasta un hermoso monstruo que se cree invisible. Helena se desliza por relatos llenos de música, magia, humor y amor, para invitarnos al extraordinario viaje que es crecer.
El espectáculo teatral es adaptado y dirigido por Emiliano Dionisi, con música original de la banda “Pequeño pez”, que compuso especialmente para esta obra. Flor va a cada una de las funciones porque es la productora y porque le interesa ver la devolución del público. Además, contó a Noticias Argentinas que se ocupa de responder todos y cada uno de los menajes que recibe y que muchos de ellos se los guarda con mucha emoción.
“Es como compartir mi hijo con todos, así que es re emocionante, como que no cuento muchas palabras para decirlo, pero es muy lindo ver a abuelos, abuelas, que vienen a compartir con los nietos, muchos papás también, mamás siempre full, se crea un clima muy lindo y eso me emociona un montón”, aseguró.
Para Suárez es fundamental contar con el apoyo de su marido, Andy Kusnetzoff: “Él está muy orgulloso, siempre me apoya un montón en todas las cosas que quiero emprender, creo que a veces él confía más en mí que yo, él es siempre recompañero, y Helena también, recompañera. León es fanático de las canciones de la obra, está todo el día cantándolas. Es lindo porque nos junta como familia y es como un momento que mi trabajo lo puedo hacer también compartiéndolo con ellos, tengo ese privilegio de poder compartir con ellos lo que hago”.
Esta historia de cuentos infantiles tiene varios capítulos, pero está lejos de ver el final. Los chicos crecen, pero la inspiración y la creatividad de esta autora también: “Llevo una libreta donde tengo un montón de títulos, palabras, frases, imágenes, donde voy captando todo porque para mí todo lo que miro siempre tiene un cuento atrás”.
Los libros tienen un enemigo de la actualidad: la tecnología. “Todo esto es un poco analógico, todo tan distinto a la época en que estamos viviendo, los libros, la obra de teatro, esto es totalmente analógico, es espectacular mostrar que con algo tan simple podemos imaginar tanto, y sin nada, sin tablet, sin celulares. Yo, la verdad que acá en mi casa se ve tele una vez por día 40 minutos, antes del baño, de la cena”.
A modo de conclusión y para finalizar la entrevista, Florencia Suárez remarcó qué es lo más importante que le está dejando a sus hijos además de toda su obra literaria: “Para mí, lo más importante de lo que le podemos dar a nuestros hijos es tiempo”.
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