Un fenómeno curioso se registró durante el fin de semana: una combinación de llovizna y rápido enfriamiento generó lo que técnicamente se conoce como “graupel”, una especie de mezcla entre nieve y lluvia.
De cara al futuro, el pronóstico indica buen tiempo hasta el viernes o sábado, cuando podría haber un desmejoramiento y nuevas lluvias. Russo destaca la importancia de estas posibles precipitaciones: “Sería crucial que esta última probabilidad de lluvias sea más que una llovizna como las que estuvimos viendo”, señaló. La incertidumbre es alta, especialmente para los productores que están decidiendo si sembrar más maíz, un cultivo que podría disminuir en un 30% en la región, con caídas más pronunciadas al norte de Rosario debido a la presencia de la plaga de la chicharrita.
La situación sigue siendo delicada, y el cierre de agosto con algo más de agua podría ser determinante para las decisiones agrícolas en la Región Núcleo. Sin embargo, el panorama sigue siendo incierto, lo que mantiene en vilo a los productores y técnicos que observan de cerca cómo evoluciona el clima en los próximos días.
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