“Siento mucha tristeza de padecer a representantes de la Iglesia que me hacen tan difícil ir a misa los domingos”, expresó el legislador desde sus redes sociales, donde compartió una foto de una misa. Para Benegas Lynch, “es agotador escuchar mensajes colectivistas sobre la propiedad común, el destino universal de los bienes y demás ideas trasnochadas que, cuando se aplicaron, condujeron a hambrunas africanas”.
“No se cansan de promover la ignorancia y las críticas equivocadas al liberalismo como idea aislacionista, codiciosa y narcisista”, postuló. El legislador consideró entonces que “no solo es correcta la suspensión de todo financiamiento estatal a la Iglesia católica que la pagan injustamente devotos de otras religiones, sino que los propios católicos deberíamos dejar de financiarla y de asistir a misa hasta que las homilías vuelvan a contener el correcto mensaje de Cristo”.
Luego, en respuesta a un comentario, el funcionario comentó: “Me la pasé migrando de Iglesias y sacerdotes toda mi vida en un radio razonable. Duran poco. Misas extraordinariamente buenas las escuché en USA. La única mala ahí fue una misa en español dada por un sacerdote centroamericano. Hay una particular infiltración que prendió en LATAM”.
Cuando otro usuario lo acusó de “no conocer las bases del mensaje de nuestro señor Jesucristo”, Benegas Lynch (h) respondió: “Conozco estos perfiles. Del nacionalismo católico sacaron buena parte de los soldaditos del terrorismo de los 70s y le abrieron las puertas a la Teología de la Liberación. ‘Estás a tiempo’ me dice el tipo, como fanático de Jonestown. ¡Peronista! No falla”.
Cuando aún era candidato a diputado por La Libertad Avanza, “Bertie” Benegas Lynch respaldó las opiniones de su padre, quien había propuesto “suspender” las relaciones diplomáticas con el Vaticano por considerar al papa Francisco un líder “totalitario”. “Estoy cien por ciento de acuerdo. Como católico, creo que tenemos que tener en cuenta que, si creemos en el mensaje de Cristo, algunos representantes de la Iglesia, como es el caso del papa, tienen desvíos”, afirmó hace un año.
Esta reunión ha generado gran expectativa, ya que se interpretó como un gesto de apertura por parte del pontífice en un momento donde las tensiones entre el Gobierno de Javier Milei y el Vaticano han sido visibles, especialmente después de las críticas del papa al uso de gas pimienta durante las protestas en Argentina.
Hace menos de un mes, en la conmemoración de los 10 años del primer Encuentro Mundial de Movimientos Populares, Francisco habló en el Vaticano contra el protocolo antipiquetes de Patricia Bullrich. “Me hicieron ver una represión, hace una semana. Obreros, gente que pedía por sus derechos en la calle. Y la policía la rechazaba con una cosa que es lo más caro que hay, ese gas pimienta de primera calidad. Y no tenían derecho a reclamar lo suyo, porque eran revoltosos, comunistas”, repudió.
“El Gobierno se puso firme y en vez de pagar la justicia social pagó el gas pimienta, le convenía. Ténganlo en cuenta eso”, añadió. “Todos debemos levantar a los demás. La actitud contraria es dejar tirado. Esa actitud no es cristiana, tampoco es la actitud de un hombre de buena voluntad: ¡Nosotros levantemos al caído, siempre! A todos los caídos, buenos o malos, con méritos o sin ellos. Que nadie quede tirado”, pidió el Sumo Pontífice.
Contra la opinión de Benegas Lynch, Francisco hizo clara su preocupación por cómo avanza “una forma perversa de ver la realidad, que exalta la acumulación de riquezas como si fuera una virtud”. Por el lado contrario, comentó: “Acumular no es virtuoso, distribuir sí lo es. Jesús no acumulaba, Jesús multiplicaba y sus discípulos distribuían”.
ML
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