En medio de la máxima tensión registrada en distintos puntos de la región, un ataque aéreo israelí impactó el patio del Hospital de los Mártires de Al-Aqsa en la Franja de Gaza, que funciona además como centro de desplazados. El episodio, justificado por Israel como parte de su caza de cabecillas de Hamas, dejó al menos 25 muertos y más de 40 heridos según cifras de la ONU.
Pero lo más alarmante fue que el ataque se produjo en un campamento abarrotado de personas desplazadas, quienes ya enfrentaban condiciones críticas. En el que fue considerado un suceso trágico, decenas de personas fueron arrasadas por el incendio que siguió al bombardeo, algunas de ellas murieron “quemándose vivas”, según constataron instituciones internacionales como la Organización de Naciones Unidas (ONU) y medios internacionales como la BBC o la agencia AP.
“Tiendas de campaña en llamas debido a un ataque aéreo en el patio del hospital Al Aqsa, donde la gente buscaba refugio. En tanto en Nuseirat, en la misma zona de Gaza, una escuela de la UNRWA fue atacada y se informó de la muerte de 20 personas”, detalló el pasado lunes Philippe Lazzarini, comisionado general de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA), quien calificó la escena como un “horror”.
Por su parte, la portavoz de UNRWA, Louise Wateridge, relató que un colega que se encontraba en el campamento del patio del hospital le dijo haber sobrevivido “milagrosamente”. “El fuego se extendió por todas partes, incluso la carpa donde estábamos durmiendo se quemó. La escena es aterradora”, dijo.
Las imágenes difundidas por la ONU mostraron a los trabajadores de rescate buscando sobrevivientes en el sitio del hospital Al Aqsa, en medio de las tiendas de campaña quemadas y marcos de metal destrozados. Otros videos dejaron ver un intenso incendio y humo en las carpas de refugio, mientras los equipos de emergencia retiraban lo que parecía ser un cuerpo gravemente quemado del suelo de una tienda carbonizada, después de cubrirlo con una manta.
Las perturbadoras imágenes del incendio en el norte de Gaza fueron difundidas en redes sociales y algunos medios internacionales incluyeron a civiles “quemándose vivos”, incluido Shaban Al-Dalou, un joven de 19 años que se encontraba en el hospital recuperándose de heridas sufridas en un ataque anterior.
Shaban murió quemado vivo en el hospital donde estaba conectado a un goteo intravenoso, una imagen que se volvió viral en redes y que fue compartida por la embajada de la Autoridad Palestina en Chile.
Al-Dalou, quien había grabado varios videos pidiendo ayuda para su familia, se convirtió en un símbolo del sufrimiento humano. “No hay ningún lugar seguro aquí en Gaza” había declarado en un video unas semanas antes de morir, mientras relataba su lucha por sobrevivir y mantener a su familia mientras se refugiaban en el hospital ubicado al norte de la Franja.
Su historia, en tanto, resonó debido a que era un estudiante universitario que a través de sus redes sociales contaba cómo era la lucha de vivir en el campo de refugiados y también hacía una colecta para exiliar a su familia a Egipto, revelando la situación humanitaria en Gaza.
Después del ataque, ocurrido el pasado lunes, los médicos palestinos confirmaron que entre las decenas de heridos muchos sufrieron quemaduras graves y fueron trasladados a otros centros de salud improvisados en la Franja, en un contexto donde el número de desplazados continuó aumentando en línea con la ofensiva israelí que redujo a cenizas al enclave palestino.
“La humanidad debe prevalecer”, apuntó Lazzarini.
Las imágenes difundidas también mostraron a niños entre los heridos, lo que intensificó la condena internacional hacia las acciones israelíes contra la población civil palestina. Por su parte, las Fuerzas de Defensa de Israel justificaron la ofensiva argumentando que había atacado a miembros de Hamas que supuestamente usaban a las personas como “escudos humanos”.
En tanto, el uso reiterado de argumento, sostenido desde que Israel comenzó su represalia contra Hamas, suscitó debates sobre la responsabilidad de sus acciones, muchas de las que fueron consideradas crímenes de guerra y le valieron una orden de captura del primer ministro Benjamin Netanyahu por parte de la Corte Penal Internacional.
En una conferencia de prensa, el portavoz presidencial Matt Miller fue cuestionado sobre el ataque y el sufrimiento de Shaban Al-Dalou por las condiciones en las que murió. “No queremos ver nada. Ninguno. No queremos ver nada”, respondió, pero su declaración no mitigó la crítica sobre la falta de acción concreta. Los periodistas continuaron presionando, recordando que la pérdida de civiles en Gaza no era un evento aislado, sino parte de una crisis humanitaria más amplia que se había intensificado durante más de un año.
Miller intentó equilibrar la narrativa, señalando que “Israel opera en un entorno increíblemente difícil”, pero también destacó que “Hamás tiene que dejar de esconderse detrás de escudos humanos”. Este comentario provocó reacciones encontradas, ya que muchos analistas sostuvieron que el enfoque en la responsabilidad de Hamás no exime a Israel de su obligación de proteger a los civiles.
Ante la creciente presión internacional, funcionarios estadounidenses, incluyendo los secretarios de Estado y Defensa, enviaron una carta al gobierno israelí solicitando mejoras en las condiciones humanitarias en Gaza. A esto sumó la reciente revelación de una investigación periodística del diario estadounidense New York Times, que informó que Tel Aviv habría utilizado a civiles palestinos como escudos humanos en su guerra en la Franja de Gaza.
El medio indicó que al menos 11 escuadrones en cinco ciudades de Gaza ejercieron coerción sobre civiles palestinos para que realicen tareas como la búsqueda de explosivos o la exploración dentro de túneles, con el objeto de proteger a soldados israelíes. El reporte fue descrito como “increíblemente perturbador” por el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller.
“Si los hechos como son presentados en ese informe son verdad, entonces son completamente inaceptables”, afirmó. “No puede haber ninguna justificación para el uso de civiles como escudos humanos. Sería una violación no solo del derecho internacional humanitario sino del código de conducta de las IDF (fuerzas de defensa israelíes)”, afirmó Miller.
CD / Gi
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