Generación tras generación, este apellido siempre se repite. Siempre aparece vinculado a los negocios a través de Nicolás “Nicky” Caputo. Y ahora se relaciona al poder, como en el gobierno de Mauricio Macri, pero por partida doble.
Las versiones sobre qué tanta cercanía había entre todos los parientes cambia de acuerdo a quién cuente la historia. De todas formas, cuesta pensar que entre todos haya habido una distancia abismal. Cuando se observan sus negocios, sus vínculos sociales y sus amistades es fácil notar que todos los Caputo siempre se movieron en el mismo círculo.
Nicolás Caputo Lauría fue el abuelo de Toto y Nicky y el primer Caputo del que hay registros en la web, ya que fue el puntapié de la fortuna familiar con “Nicolás Caputo Sociedad Anónima de Edificación”; una compañía dedicada a la construcción de obras públicas y privadas que fundó en 1938.
Nació en 1890 en Potenza, Italia, y emigró a Argentina. Se casó con una mujer llamada Francisca Oliveto y tuvieron tres hijos: Luis Nicolás —el padre de Toto—, Jorge Octavio —el padre de Nicky— y Rodolfo Julio.
En la década del ‘40 se sumaron al directorio de la compañía sus hijos y en 1955 la empresa comenzó a cotizar sus acciones en la bolsa.
Según un informe de la Auditoría General de la Ciudad, recopilado en un artículo en Letra P, con la llegada de Mauricio Macri al gobierno porteño, una de sus compañías, SES, obtuvo unos $1.023 millones en contratos para obras públicas entre 2008 y 2015.
El Grupo Caputo, del que Nicky es el titular, tiene negocios en la construcción y la energía a través de empresas como Caputo SA, SES SA, Mirgor y Sadesa. En 2020, ocupó el puesto 34 del ranking de Forbes entre los empresarios más ricos de Argentina.
El nombre de Santiago comenzó a circular entre los periodistas en plena campaña presidencial de 2023. En ese entonces, cuando se consultaba por su rol, las respuestas eran de lo más ambiguas y repetían que solo eran grandes amigos con Javier Milei.
De Move Group, además de Santiago, tienen un rol clave en el Gobierno Guillermo Garat, actual vicepresidente de Relaciones Institucionales, Comunicación y Marketplace de YPF, y Diego “Derek” Hampton, vinculado a la Anses.
Cerca de Santiago, al menos durante la campaña, repetían que la familia del consultor casi no tenía vínculo con las rama de Nicky y Toto. Sin embargo, los vínculos son muy cercanos: además de las sociedades entre Hoffmann y Lugones con los Caputos, en la vida de su padre también aparecen vínculos que llegan al macrismo.
En 2017, revista Noticias publicó en tapa una nota sobre el clan y presentó al padre de Santiago como “Claudio, el Caputo desconocido”. En aquel artículo no se hizo ninguna mención al nombre de su hijo. Es lógico, todavía faltaban varios años para que el consultor tuviera algún tipo de protagonismo.
Claudio, que falleció en junio de 2023 —en plena campaña—, era primo de Nicky y Toto. Y, aunque cosechó un perfil bajísimo, tuvo una gran influencia como presidente del Colegio de Escribanos de la Ciudad de Buenos Aires. Según contó la revista, para llegar a ese cargo fue clave el apoyo de su amigo y mentor, José María Fernández Ferrari, quien había presidido el Colegio en el pasado.
Fernández Ferrari es el mejor amigo de Nicky y fue el titular del fideicomiso que administró la fortuna del expresidente Macri durante su gestión.
Claudio se casó con María Spinetto Bory y, además de Santiago, tuvieron otros tres hijos: Francisco, Ezequiel y Malena.
Sin embargo, según publicó La Nación, Francisco ya cumplió tareas concretas en el Gobierno: se habría encargado del reclutamiento de Tristán Socas, Federico Márquez y Diego Zabala, quienes acaban de asumir como autoridades en la empresa estatal Enarsa. El movimiento fue interpretado como una avanzada más de Santiago en el área energética.
En el árbol genealógico de los Caputo aparece otra persona vinculada al poder: Dante, que falleció en 2018. Fue el hombre que fue elegido por Raúl Alfonsín para la Cancillería cuando regresó la democracia. Cerca de Santiago aclaran que se trata de “otra rama”.
Dante se casó con la francesa Anna Morel, a quien conoció en Paris cuando estudiaba en La Sorbona. Tuvieron tres hijos: Nicolás, Lionel y Paola, que fue concejal por Juntos por el Cambio en Vicente López.
Además de su paso por la Cancillería, formó parte del Gobierno de Fernando de la Rúa como secretario de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva. Antes fue dos veces diputado de la Nación. Desde su banca en el Congreso fue un férreo opositor a las políticas de Carlos Menem.
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