La emisión de un alerta amarillo implica que los ciudadanos deben estar atentos a las recomendaciones de las autoridades y tomar medidas de precaución para minimizar riesgos. Entre las recomendaciones se encuentran asegurar objetos que puedan ser desplazados por el viento, evitar actividades al aire libre y conducir con precaución. Las autoridades locales han activado protocolos de emergencia para garantizar la seguridad de los residentes y mitigar el impacto de las condiciones climáticas adversas.
En las zonas costeras, se prevé un aumento en la altura de las olas, lo que podría afectar las operaciones portuarias y de pesca. Los servicios de ferry y transporte marítimo podrían sufrir retrasos o cancelaciones debido a la intensidad de los vientos. Las autoridades han instado a la población a mantenerse informada a través de los canales oficiales y evitar desplazamientos innecesarios durante el período de alerta.
Las instituciones educativas y otros organismos han sido notificados para tomar las medidas correspondientes y asegurar la protección de estudiantes y personal. En áreas rurales y más expuestas, se han implementado planes de contingencia para asistir a aquellos que puedan necesitar ayuda durante las condiciones climáticas adversas. Los equipos de emergencia están en alerta máxima y preparados para responder ante cualquier eventualidad que pueda surgir.
El SMN continúa monitoreando la situación y proporcionará actualizaciones periódicas sobre la evolución del clima en Tierra del Fuego. Se espera que, una vez finalizado el período de alerta, las condiciones mejoren gradualmente. No obstante, se insta a la población a seguir las indicaciones de las autoridades y mantenerse al tanto de las previsiones meteorológicas para evitar cualquier riesgo asociado a este fenómeno climático.