La historia del misterioso castillo porteño que sobrevivió a una demolición y fue construido con materiales europeos

En el corazón de la Ciudad de Buenos Aires se encuentra un castillo de estilo gótico victoriano que tiene más de 100 años y está rodeado de misterios: se trata de una construcción que no pasa desapercibida en el barrio de Floresta y que sigue llamando la atención de los vecinos que transitan por el lugar. 
El misterioso castillo porteño está ubicado en la calle Dolores al 400 y su fachada es una imponente construcción de ladrillos rojos y una hermosa cúpula hexaédrica. En el frente se destaca un cuidado jardín con pintorescas flores y arbustos. 
Según las crónicas del momento ese castillo, que siempre funcionó como una vivienda particular, fue construido en 1906, por lo que tiene más de 100 años de historia. Un dato a tener en cuenta es que no se lo puede visitar por tratarse de una vivienda privada. 
Según las crónicas de ese entonces, se cree que el Castillo de Floresta se construyo con planos ideados por Alejandro Cristophersen, un arquitecto y artista plástico noruego que vivió en Buenos Aires y fue famoso por las obras que realizó. 
El misterio radica en que nadie sabe a ciencia cierta quien lo terminó construyendo, pero lo que sí es un hecho es que los materiales con los que se levantó este castillo llegaron a la Argentina procedentes de Europa, puntualmente de Italia, Francia y Alemania. 
El Castillo de Floresta, al que también se lo conoce como “Castillito”, tiene ventanales grandes, habitaciones grandes, lujosos cuartos de baño, una sala de música, comedor y cocina en planta baja, zona de dependencias para las empleadas y un hall de distribución en la planta alta. 
Este castillo está perfectamente cuidado y su estado en la actualidad es óptimo, por lo que no tiene ninguna amenaza de derrumbe y puede ser habitado perfectamente. 
A lo largo de la historia el Castillo de Floresta ha pertenecido a diferentes dueños privados, pero en 2009 un ambicioso proyecto inmobiliario puso su interés en adquirirlo con el fin ulterior de derrumbarlo e iniciar otro tipo de construcción allí.
Sin embargo, la agrupación de vecinos “Salvar a Floresta” se movió rápidamente y logró incluir a este castillo dentro de la Ley N° 3056, la cuál establece que cualquier edificio construido antes de 1941 debe ser “evaluado por su arquitectura y valor patrimonial antes de ser destruido”. 
Según destacan los vecinos de Floresta la última vez que el castillo de Floresta cambió de dueños fue en el año 2011 y el monto de su adquisición por parte del nuevo propietario habría rondado en los 300 mil dólares.  


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