Hacerse pasar por representantes de empresas legítimas es una modalidad que utilizan estafadores para apropiarse de datos confidenciales y hasta dinero de personas que buscan empleo, cuando no, de aprovechar las promociones comerciales que hacen las corporaciones telefónicas, sobre todo, a través de call centers, para llamar en su nombre y sorprender a los usuarios en su buena fe.
Apelan a la confianza que le dispensa el público a esas compañías para aprovecharse de esa ventaja y desarrollar engaños con fines delictivos.
Uno de los más frecuentes es acceder, vía celulares, a las claves de los Whatsapp e intentar que los contactos transfieran dinero o cambien dólares.
Ni la policía, ni la Justicia le han dado identidad a esas prácticas, que según su óptica, no justifican afectar recursos.
Tampoco las empresas involucradas en las estafas investigan adentro cómo se gestan, ni cómo las entidades facilitan la operatoria con cuentas falsas para la recepción del dinero.
De modo que un manto de impunidad se tiende sobre un perjuicio de vastos alcances como ese.
Pero también se reportó otro tipo de maniobra delictiva que se viene aplicando en un contexto laboral cada vez más dinámico y complejo.
Se trata de nuevas modalidades de estafas para aprovecharse de las personas, que fueron identificadas recientemente por especialistas del Grupo Gestión.
Consisten en ofrecer realizar trámites personales que deben ser gestionados directamente por los postulantes o colaboradores. Esta práctica no solo pone en riesgo la información personal, sino que también puede llevar a consecuencias financieras y legales adversas.
El modus operandi de este tipo de fraude es aparentemente sencillo pero engañoso.
Los estafadores se presentan como reclutadores o representantes de empresas legítimas y prometen agilizar el proceso de contratación mediante la realización de diversos trámites personales.
Entre los trámites que suelen ofrecer, se incluyen la obtención de certificados de antecedentes penales, registros médicos o libreta sanitaria, autorizaciones de residencia, derivaciones de aportes de cargas sociales, presentaciones impositivas ante organismos públicos.
A cambio, los estafadores solicitan el envío de documentación personal y, en muchos casos, el pago de una suma de dinero.
“Estos trámites no son realizables por el empleador y requieren la gestión personal del candidato o colaborador; este es un punto clave para detectar una estafa”, explica Fernando Ciarmatori, gerente de Desarrollo Comercial y Selección de Grupo Gestión.
Los trámites específicos que deben ser realizados exclusivamente por el individuo y no por un intermediario son:
“Es importante que tanto los candidatos a puestos de trabajo como los empleados de las compañías sean conscientes de estas estafas y tomen medidas preventivas”, alertan.
Entre las recomendaciones destacadas se incluyen:
“La prevención es la mejor defensa contra las estafas laborales. Al estar informados y actuar con precaución, todos pueden protegerse de caer en estas trampas para evitar que el uso de su información personal sea utilizada en otras actividades delictivas manteniendo una situación laboral saludable”, concluyen desde Grupo Gestión.
Apelan a la confianza que le dispensa el público a esas compañías para aprovecharse de esa ventaja y desarrollar engaños con fines delictivos.
Uno de los más frecuentes es acceder, vía celulares, a las claves de los Whatsapp e intentar que los contactos transfieran dinero o cambien dólares.
Ni la policía, ni la Justicia le han dado identidad a esas prácticas, que según su óptica, no justifican afectar recursos.
Tampoco las empresas involucradas en las estafas investigan adentro cómo se gestan, ni cómo las entidades facilitan la operatoria con cuentas falsas para la recepción del dinero.
De modo que un manto de impunidad se tiende sobre un perjuicio de vastos alcances como ese.
Pero también se reportó otro tipo de maniobra delictiva que se viene aplicando en un contexto laboral cada vez más dinámico y complejo.
Se trata de nuevas modalidades de estafas para aprovecharse de las personas, que fueron identificadas recientemente por especialistas del Grupo Gestión.
Consisten en ofrecer realizar trámites personales que deben ser gestionados directamente por los postulantes o colaboradores. Esta práctica no solo pone en riesgo la información personal, sino que también puede llevar a consecuencias financieras y legales adversas.
El modus operandi de este tipo de fraude es aparentemente sencillo pero engañoso.
Los estafadores se presentan como reclutadores o representantes de empresas legítimas y prometen agilizar el proceso de contratación mediante la realización de diversos trámites personales.
Entre los trámites que suelen ofrecer, se incluyen la obtención de certificados de antecedentes penales, registros médicos o libreta sanitaria, autorizaciones de residencia, derivaciones de aportes de cargas sociales, presentaciones impositivas ante organismos públicos.
A cambio, los estafadores solicitan el envío de documentación personal y, en muchos casos, el pago de una suma de dinero.
“Estos trámites no son realizables por el empleador y requieren la gestión personal del candidato o colaborador; este es un punto clave para detectar una estafa”, explica Fernando Ciarmatori, gerente de Desarrollo Comercial y Selección de Grupo Gestión.
Los trámites específicos que deben ser realizados exclusivamente por el individuo y no por un intermediario son:
“Es importante que tanto los candidatos a puestos de trabajo como los empleados de las compañías sean conscientes de estas estafas y tomen medidas preventivas”, alertan.
Entre las recomendaciones destacadas se incluyen:
“La prevención es la mejor defensa contra las estafas laborales. Al estar informados y actuar con precaución, todos pueden protegerse de caer en estas trampas para evitar que el uso de su información personal sea utilizada en otras actividades delictivas manteniendo una situación laboral saludable”, concluyen desde Grupo Gestión.
—
Este correo electrónico ha sido analizado en busca de virus por el software antivirus de AVG.
www.avg.com