Entre varios factores negativos, aparte de la chicharrita que impone la necesidad de sembrar en forma temprana, está el miedo a la falta de agua durante la implantación. Por ello, se analizó las lluvias del mes de septiembre para la región central y que es lo que ha cambiado con la última proyección de los organismos internacionales para los meses claves del maíz y la soja en Argentina.
Para analizar las lluvias de septiembre de los últimos 4 años es importante tener en cuenta que para la región núcleo el promedio de lluvias mensuales está en torno de los 50 mm. En el oeste las lluvias van de los 20 a 30 mm y en el este, sobre todo en el área bonaerense, los valores trepan hasta los 60 y 70 mm.
“En las lluvias del último fin de semana de septiembre, Buenos Aires volvió a ser la gran ganadora, recibió lluvias por encima de los 50 mm. Santa Fe y Córdoba en cambio volvieron a tener “un nuevo revés que se suma a casi un semestre de déficit hídrico”.
“Después de un inicio generoso en septiembre, la dinámica atmosférica no logró aprovechar la alta disponibilidad de humedad. Tampoco octubre arrancó como se esperaba”.
“Septiembre termina con muchas localidades —con récord o casi récord— de falta de lluvias, sobre todo en el norte bonaerense. En promedio, la región núcleo recibió 13 mm cuando debería haber recibido como media estadística de casi 50 mm, o sea llovió casi una cuarta parte”
“Falta por sembrar el 50% del maíz temprano en la región. Los suelos están más secos ahora que hace un año en esta pre-siembra maicera”.
El año pasado, con un escenario de “Niño fuerte”, las lluvias cumplieron con las estadísticas en el centro de la región pero no en el resto. Y saliendo de tres “Niñas” consecutivas se marcó más que nunca la falta de agua en los perfiles a la siembra, como comentaban los ingenieros del área.
Lo que se observa es un temor más que justificado por parte del productor a la falta de agua en septiembre en un año donde los márgenes no incentivan a tomar mayores riesgos y se le suma el problema del spiroplasma. El productor ha entendido muy claramente que significa sumar a todo esto la posibilidad de una “Niña”. Pero cada “Niña” es distinta e impacta de diferente manera y la última actualización muestra un cambio de comportamiento favorable para el maíz, ya que hay un retraso significativo en la aparición de “La Niña”.
La actualización al 20 de agosto de 2024 para la evolución del Niño, La Niña y la Oscilación del Sur, ENOS muestra que las condiciones neutrales persisten en el Pacífico ecuatorial occidental. Pero lo que remarca el consultor de la BCR, Alfredo Elorriaga, es que los modelos predictivos ENOS/IRI prevén condiciones neutrales hasta el trimestre agosto/octubre de 2024. “Las condiciones de La Niña se pronostican ahora para los trimestres octubre/diciembre y noviembre/enero. La neutralidad resurge como la categoría más probable durante el otoño e invierno de 2025”.
Los modelos predictivos dinámicos de la NOAA/NCEP/CPC y el IRI muestran un significativo corrimiento en el tiempo de los valores más bajos de enfriamiento en el Pacífico respecto de lo proyectado en mayo y julio 2024. “Hay un claro corrimiento de la curva actual respecto a la de hace 30 días. Se desplazó dos meses hacia adelante. Esto significa que las anomalías más bajas se producirían a partir de 2025. Es decir, surge la probabilidad de un menor grado de severidad del evento Niña durante septiembre, octubre y noviembre de 2024 y uno mayor a partir de enero 2025”. Esta comparación entre la proyección del enfriamiento previsto actualmente y las anteriores se muestra en el siguiente gráfico.
1-“La Niña” comenzaría más tarde; hace un mes atrás se preveía que comience su acción entre septiembre y noviembre. Ahora la predicción del ENOS del IRI pronostica ENSO neutral hasta agosto/octubre de 2024. La Niña se convierte en la categoría más probable recién a partir de octubre/diciembre de 2024.
2-El mes de septiembre tiene altas chances de quedar por fuera de la acción “La Niña”.
3-De los 4 meses en los que se proyecta su acción más negativa, el mes más afectado no sería diciembre sino enero.
4-La intensidad de “La Niña” sigue siendo moderada, tal como se decía un mes atrás.
5-A diferencia de lo que sucedió en la última “Niña” (2022/23), en ésta no se potenciará la escasez de agua por la neutralidad del Dipolo del Índico (esto tampoco se ha modificado respecto a lo previsto en septiembre).
En primer lugar, que las lluvias de septiembre tienen una alta probabilidad de acercarse a los valores normales y estarán supeditadas a efectos regionales. En segunda lugar, hay que tener en cuenta este cambio respecto a lo que es elección de cultivos y fechas de siembra, ya que resulta positivo en el efecto de las lluvias para 2024 y negativo para 2025, con un agravamiento en el régimen de lluvias para los primeros dos meses del año entrante. Esto favorecería las siembras tempranas de maíz pero pone en mayor riesgo a los cultivos de soja de primera que cumplan su período crítico entre enero y febrero.
Por lo pronto, se espera que siga el buen tiempo, pero hay pronósticos de una nueva inestabilidad para el vienes 29 y sábado 30 de agosto. Las zonas que podrían recibir algunos milímetros son el este de Buenos Aires, el este del sur de Santa Fe, Entre Ríos y el litoral Argentino, zonas que actualmente tienen los mejores niveles de reserva hídrica en los suelos.
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