“El presidente considera insostenible la permanencia del ministro en el cargo considerando la naturaleza de las acusaciones”, agregó la nota.
La polémica estalló la víspera cuando el sitio de noticias Metrópoles reveló que la asociación Me Too Brasil había recibido denuncias de varias mujeres, incluida la ministra de Igualdad Racial, Anielle Franco.
Me Too Brasil confirmó lo publicado y precisó que las mujeres concernidas habían “recibido apoyo psicológico y jurídico”.
Almeida, un abogado y profesor universitario de 48 años y considerado uno de los principales intelectuales de Brasil, negó los hechos. “Pedí al presidente Lula que me destituyera”, dijo Almeida en un comunicado. “Será una oportunidad de probar mi inocencia y de reconstruirme”, sostuvo.
Antes de destituir a su ministro de Derechos Humanos, Lula dijo que una persona que “practica acoso no puede quedarse en el gobierno”, a la vez que aseguró que su administración debía garantizar la presunción de inocencia.
También su esposa Janja mostró en seguida su apoyo a Franco al publicar una foto en las redes sociales dando un beso a la ministra en la frente.
Tras la destitución, Anielle Franco, de 40 años y negra, dijo en Instagram que “no es aceptable relativizar o disminuir los episodios de violencia” y destacó tanto la “acción contundente del presidente Lula” como “las manifestaciones de apoyo y solidaridad” recibidas.
“Sabemos cuánto sufren todos los días las mujeres y niñas con asedios en sus trabajos, en el transporte, escuelas, dentro de casa. Y puedo afirmar que hacer frente a cualquier práctica de violencia es un compromiso permanente de este gobierno”, agregó la ministra.
Anielle, a la cabeza del nuevo ministerio de Igualdad Racial creado por Lula en su tercer mandato, es la hermana de Marielle Franco, la concejal de Rio de Janeiro asesinada en 2018, en un crimen que indignó al mundo.
Por su parte, el sitio de informaciones Uol publicó el viernes el testimonio de una profesora universitaria que se dijo víctima de tocamientos sexuales de parte de Almeida durante una comida en presencia de una quincena de personas, en 2019.
“Había mucha gente, yo llevaba una falda, y recuerdo su mano en mis partes íntimas. Apoyaba ahí, yo sentía vergüenza”, dijo esta mujer.
La policía federal anunció por su parte que investigará las denuncias, mientras que la Comisión de Ética de la Presidencia dio inicio a un procedimiento preliminar para aclarar las delaciones.
Almeida negó el jueves las acusaciones en un video publicado en redes sociales, al calificarlas de “mentiras” y denunciando una “campaña para parjudicar mi imagen de hombre negro que ocupa una posición destacada en la administración pública”.
Su esposa, Edneia Carvalho, con quien tiene una hija de un año, calificó en Instagram las sospechas contra su pareja de “injustas” y “absurdas”. Se trata del primer escándalo de esta índole en el seno del gobierno de Lula, que volvió al poder en enero de 2023.
En junio, la policía federal recomendó la inculpación de Juscelino Filho, ministro de Comunicaciones de Lula, por corrupción y asociación criminal.
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