El Manchester City enfrenta uno de los momentos más delicados de su historia tras ser acusado de 115 presuntas infracciones financieras entre 2009 y 2018, en lo que ya es calificado como el “proceso deportivo del siglo”. El juicio comenzó este lunes en el Internacional Dispute Resolution Centre de Londres y está previsto que dure alrededor de diez semanas, pero la sentencia no se conocerá hasta 2025.
Las posibles sanciones varían desde una simple multa económica hasta la temida posibilidad de un descenso directo de la Premier League a la segunda división, una situación que mantiene en vilo a los aficionados “Ciudadanos” y al mundo del fútbol.
La Premier League inició la investigación hace cuatro años y en febrero de 2023, presentó los cargos finales, que son ahora evaluados por una comisión independiente. Entre las infracciones que se le imputan al City, se encuentran la incorrecta declaración de sus cuentas financieras, incluyendo el valor real de los acuerdos de patrocinio, el pago de salarios de sus jugadores y cuerpo técnico, y el incumplimiento de las reglas del fair play financiero impuesto tanto por la UEFA como la Premier League.
Uno de los factores que agrava la situación del club es su falta de cooperación durante el proceso de investigación, lo que podría influir en la severidad del caso.
El Manchester City ha negado categóricamente todas las acusaciones, señalando que cuenta con “pruebas irrefutables” que lo exonerarán. Sin embargo, la situación ha generado incertidumbre tanto en el equipo como en su entrenador, Pep Guardiola: “Aceptaremos la sentencia, sé que habrá rumores y más sobre la posible sanción, pero todo el mundo es inocente hasta que se declare culpable”.
Guardiola manifestó su esperanza de que el proceso termine pronto para poder concentrarse nuevamente en lo deportivo, aunque prefirió no entrar en detales sobre lo que discute puertas adentro, igualmente, no ocultó su preocupación por las posibles repercusiones.
Este proceso tiene además un trasfondo político y económico de gran envergadura, ya que el City, es propiedad del jeque Mansur Bin Zayed al Nahyan a través del Abu Dhabi United Group, en el que ha sido uno de los clubes más dominantes en la última década, ganando ocho títulos de la Premier League y numerosos trofeos locales e internacionales.
Si bien en 2019 ya fue sancionado por la UEFA por violar las normas financieras y prohibido participar en competencias europeas durante dos años, el Tribunal de Arbitraje Deportivo redujo la sanción a una multa económica de diez millones de euros. Sin embargo, esta vez, la magnitud y la cantidad de cargos hacen que las consecuencias puedan ser mucho más severas.
A pesar de la gravedad del caso, algunos expertos sugieren que el castigo podría limitarse a una sanción económica, similar a la que recibió el Everton recientemente, que perdió ocho puntos en la Premier League por infracciones financieras.
Las posibles sanciones varían desde una simple multa económica hasta la temida posibilidad de un descenso directo de la Premier League a la segunda división, una situación que mantiene en vilo a los aficionados “Ciudadanos” y al mundo del fútbol.
La Premier League inició la investigación hace cuatro años y en febrero de 2023, presentó los cargos finales, que son ahora evaluados por una comisión independiente. Entre las infracciones que se le imputan al City, se encuentran la incorrecta declaración de sus cuentas financieras, incluyendo el valor real de los acuerdos de patrocinio, el pago de salarios de sus jugadores y cuerpo técnico, y el incumplimiento de las reglas del fair play financiero impuesto tanto por la UEFA como la Premier League.
Uno de los factores que agrava la situación del club es su falta de cooperación durante el proceso de investigación, lo que podría influir en la severidad del caso.
El Manchester City ha negado categóricamente todas las acusaciones, señalando que cuenta con “pruebas irrefutables” que lo exonerarán. Sin embargo, la situación ha generado incertidumbre tanto en el equipo como en su entrenador, Pep Guardiola: “Aceptaremos la sentencia, sé que habrá rumores y más sobre la posible sanción, pero todo el mundo es inocente hasta que se declare culpable”.
Guardiola manifestó su esperanza de que el proceso termine pronto para poder concentrarse nuevamente en lo deportivo, aunque prefirió no entrar en detales sobre lo que discute puertas adentro, igualmente, no ocultó su preocupación por las posibles repercusiones.
Este proceso tiene además un trasfondo político y económico de gran envergadura, ya que el City, es propiedad del jeque Mansur Bin Zayed al Nahyan a través del Abu Dhabi United Group, en el que ha sido uno de los clubes más dominantes en la última década, ganando ocho títulos de la Premier League y numerosos trofeos locales e internacionales.
Si bien en 2019 ya fue sancionado por la UEFA por violar las normas financieras y prohibido participar en competencias europeas durante dos años, el Tribunal de Arbitraje Deportivo redujo la sanción a una multa económica de diez millones de euros. Sin embargo, esta vez, la magnitud y la cantidad de cargos hacen que las consecuencias puedan ser mucho más severas.
A pesar de la gravedad del caso, algunos expertos sugieren que el castigo podría limitarse a una sanción económica, similar a la que recibió el Everton recientemente, que perdió ocho puntos en la Premier League por infracciones financieras.
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