Pampita relató cómo cada día 8 de mes se reserva un tiempo especial para recordar a su hija, un momento íntimo en el que se permite conectar con sus emociones más profundas. Durante una visita al cementerio en Chile, donde descansa Blanca, surgió un pedido cargado de sentimiento y esperanza.
Con lágrimas en los ojos, Pampita confesó haberle pedido al cielo un amor verdadero, alguien que quisiera formar parte de su vida, amara a sus hijos y entendiera su trabajo. Este pedido sincero y conmovedor fue la única cosa que solicitó al universo con fervor.
Meses después de esta emotiva súplica, apareció en su vida Roberto García Moritán, quien cumplía con todas las características que Pampita había solicitado al cielo. Este encuentro significó para ella una señal de que su pedido había sido escuchado y que Blanca desde el cielo había intervenido para enviarle este amor tan anhelado.
La historia de Pampita conmueve por su sinceridad y la forma en que encuentra esperanza en medio del dolor. Su experiencia nos recuerda la importancia de mantener viva la fe y la esperanza incluso en los momentos más difíciles de la vida.